viernes, 29 de diciembre de 2006

Pleitos Real Chancilleria

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Hoja 1

Vecina de Villafranca que ante mi paresció la parte // de Pedro de Arteaga vecino de la dicha villa e dijo // que se presentaba y se presentó ante mi en grado // de apelación, nulidad y agravio o en aquella // forma e manera que del derecho podía e debía de // cierta sentencia en vuestro favor dada e pronunciada // e contra su parte por el alcalde ordinario de la // dicha villa, la cual dijo ser nula ningun (............) al- // guna injusta e muy agraviada y de revocar// por todas las causas y razones de nulidad e // agravio que de la dicha sentencia junto lo procesa- // do se podía y debía colegir por las que protesto // decir e alegar ante mi sobre que me pedía // inibiese al dicho alcalde del consentimiento de la dicha cau-// sa y pleito y le mandase dar emplazamiento y com- // pulsoria para tener el proceso e sobre ello justicia // y por mi visto su pedimento mandé dar e di este // mi mandamiento para vos en la dicha razón por el // cual vos mando que del día que este mi manda-// miento vos fuese notificado en vuestra persona pudien-// do ser habido o ante las puertas de vuestra habi- // tacion y morada haciendolo saber a vuestra mujer // e hijos o criados si los habedes o a los vecinos mas // cercanos de manera que habrán noticia venga e i-// gnorancia non podades pretender que non su-// pistes dentro de tercero día primero siguiente // vengades e parezcades ante mi en seguimiento // e prosecución de la dicha causa e pleito e a decir // e alegar hasta la sentencia definitiva inclusive e tasa-// ción de costas si las hubies, con apercibimiento que // vos hago que si no vinieredes e perescieredes vos // oiré y guardaré en toda vuestra justicia e razón do // non vuestra ausencia habiendo por presencia e verdadera



Hoja 2

rebeldía por parte con lo que la parte del dicho Pedro // ante mi dijese y alegase, librase e determinase // en la dicha causa


Hoja 7 (Final)

mandado le di testigos de información para que a su merced le fuese notorio ser verdad lo contenido en la dicha mi querella y sabido la dicha________


Hoja 8 (Principio)

querella contra los quebrantadores de mi posesión//me hace su

martes, 28 de noviembre de 2006

Hidalgos olvidados: los Urkía

Caserío
Urquía-domingotegui,
Itsasondo (Gipúzcoa)


Rescatar de la memoria del tiempo a una familia olvidada por la historia, ha sido en los últimos años mi principal objetivo.
Encontrarme con mi pasado y poder rendirle homenaje, es una de mis mayores alegrías, amen de hacer justicia -documentos en mano-, sacando a la luz uno hechos que comenzaron en 1550 con las capitulaciones matrimoniales de Domingo de Urquía y Catalina de Isasaga

“In memoriam” (Romancillo)

A mis quince abuelos Urquía. En especial a mi abuelo Juanes, en el 400 aniversario de su muerte: 25 abril de 1601-2001
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Romancillo, "In memoriam"

Era Juanes de Urquía

de todos el mas pequeño
de cinco hermanos hidalgos,
hijo y nieto de aquellos
que en “el Salado” lucharon
contra los moros, primero,
y más tarde contra Francia,
en ayuda de Castilla
junto con otros hidalgos
habidos en Itsasondo
y en Ordizia (villa-franca).
Y bajo esta bandera,
tras finalizar su gesta,
victoriosos regresaban
al cuidado de sus montes
y al sosiego de sus casas.

Era Juanes de Urquía
de todos el mas risueño,
fanfarrón y aventurero,
a causa del mayorazgo
por tierras de Soria se vió,
en Gómara casó primero
e hijos tuvo después
y aunque a su tierra volvía
a bodas y ceremonias
nunca más ya se quedó,
en Gómara murió joven
e viuda e huerfanos dejó.

Y aquí comienza la historia
de Francisco de Urquía,
hijo de Juanes de Urquía,
que en dicha villa nació,
con María de Yanguas casó,
y en ella pobre murió,
aunque sepultura tenía
en la iglesia de San Juan.:

A su esposa profesaba
gran amor y devoción
pero ¡ay! que un día,
ésta enferma cayó y, no
habiendole dejado su padre,
muchas rentas en herencia,
las pocas que quedaban,
comioselas la enfermedad.

En esta contrariedad
le vinieron a empadronar,
y debido a su precariedad
pusieron en etredicho
su hidalguía y calidad,
argumentando no llevarla
con debida dignidad.
Anotáronle como pechero
e diciseis maravedies
le querían hacer pechar.
Negose Francisco a darlos
en vista de lo cual
un formón en prenda
de su casa han de llevar.

De nada le valió
la injusticia proclamar,
ni decirlos que sus bienes
en larga enfermedad,
que más de cinco años dura,
en su mujer los gastó,
que muebles y enseres
en pública subasta
en la plaza vendió,
y así galeno y botica pagó.

Dolor en su corazón
Francisco de Urquía sintió,
hidalgo era, que no pechero,
y no habia de pagar,
quien es hijo y nieto de hidalgos,
que devengan del rey
quinientos sueldos por año.

A Valladolid se fué,
a la Real Chancilleria,
donde pleitean los hijosdalgo,
un real plata y diez maravedíes
a un escribano pagó,
por un recurso que al rey elevó,
dando así el pleito comienzo
para restituir su honor.
En esta espera la muerte le llega
sin finalizar la causa,
y con esta herida se le lleva.

¡Triste suerte la de este hidalgo,
que hasta en el libro de difuntos,
como pobre figura
aún teniendo sepultura!.

Su dolor vivieron sus hijos
y de Gómara se fueron,
a Soria encaminan sus pasos
la afrenta guardada en el corazón,
hasta que a su nieto, Joseph de Urquía,
versan en leyes y notario se hace
de Fuentepinilla y su Jurisdición.

Un nuevo pleito éste emprende
que doce años dura,
ganándolo al fin en justicia:

«A campana tañida, el Rey ordena,
se convoque en la plaza a los vecinos
y restituida para siempre sea,
la fama, nombre e hidalguía
que siempre hubieron los Urquía».

¡Descansar en paz, ahora ya puede,
Don Francisco de Urquía!

Finaliza así la historia
de una familia de hidalgos
que a causa del mayorazgo
los verdes campos
de su Guipuzcoa dejó,
y por tierras de Soria se vió.

(YCM, enero 2001)